viernes, 24 de agosto de 2012

Un momento para pensar mientras Rossini me deleita y el agua hierve.


Soy el tipo de persona que se queda hechizada por la ventana de un vehículo en movimiento, intento pensar porque la tierra esta tan sucia, si el hombre realmente le importa el suelo donde vive, si en algún punto en la historia de cada persona existe algo que se pueda modificar para crear una nueva historia, un nuevo destino. De niño tenia el loco sueño de hacer este mundo un lugar mejor, de ayudar a cada persona que necesitase de lo que se puede denominar bondad humana, humildad, caridad; quería construir una casa inmensa de 10 km al menos para poder darle un hogar a aquellos que no lo tenían o que lo habían perdido, un sitio para cultivar sus sueños y esperanzas, para abonarlos como plantas y pudiesen todos perseguir un sueño y poder demostrar que existe esta fantasía que llamamos "ayudar al prójimo", lamentablemente mi sueño se fue por el caño como dirían algunos, verán a medida que fui creciendo me di cuenta del egoísmo de las personas, incluso mi propio ego se desarrollaba al ver todo lo que podía ser mío y lo que no. Sí, mi infancia fue un desastre pero eso fue mi culpa, acepto mis errores y mis malas decisiones, como diría mi único Maestro: "no se puede llorar sobre la leche derramada" es cierto, el "si hubiera" ya no es importante, ahora es importante el ¿que pasaría sí...? o el ¿será que..?. Como niños todo era más sencillo, no sólo por la falta de responsabilidades sino por la inocencia que nos protege los ojos, que cubre nuestros pensamientos y acciones con un manto de ingenuidad, ahora como jóvenes y adultos todo es una complicación, ¿ por qué no vemos todo como antes? cuando no eran tan importantes los lujos y las baratijas sino la sana diversión, la alegría, las sonrisas, quisiera volver a ser un niño no puedo evitarlo, me gustaría enmendar muchos errores, las personas que herí, las malas decisiones que tomé, las acciones que terminaron transformándose en los murmullos de arrepentimiento del mañana, de esas lágrimas solitarias que son liberadas cuando miras el techo de tu cuarto, al cielo y te das cuenta de toda la inmundicia que tu corazón puede albergar.


De niño tenía muchos sueños, pero ayudar a los demás (sobretodo a los ancianos) siempre fue el mayor de ellos (entre quién lea esto y yo, la muerte de Dumbledore en el 6to libro de Harry Potter me afecto terriblemente), ahora no puedo más que preguntarme si tal sueño hubiera sido posible incluso si los medios para realizarlo estuviesen al alcance de mi mano. Lo lamento estoy divagando enormemente, la verdad no espero que esto lo lea nadie, solo necesitaba escribir y tenía tiempo sin hacerlo. Debo irme la olla de avena para mi madre no se hará sola y el proceso puede ser fastidioso pero el resultado vale la pena ¿el fin justifica los medios? o ¿son los medios la justificación del fin? y de ser así ¿podemos vivir con ello?